Una mujer o la deconstrucción de un Picasso

Una mujer azul (diablo con vestido azul) Un modelo para armar -ejemplo de la moldeabilidad, flexible- para amar, para tomar tacitas de té chai. Una constelación de significados; compleja. Intensidad con piernas y tacones altos, con boca carnosa, brillante, llena de palabras, de sangre, de besos... Alta recordación; nunca olvida las bellas palabras y las palabras hirientes. No es fácil de olvidar (peca de vanidad) Hedonismo puro; le gusta reír, vibrar, temblar de frío, de miedo, de amor, de dolor. Le gusta sentirse viva, sea cual sea el motivo. Le gusta bailar la danza de la vida, mover las piernas al compás de las vivencias, al ritmo de las experiencias. Adoradora de las sonrisas non stop, de los susurros al oído, de la música para volar, de las noches que deparan sorpresas, de las que no parecen terminar cuando se han fundido dos; del olor a comida (recién hecha en la cocina), del sabor agridulce, a lo orgánico, a piel. Buscadora de un amor sin fecha de caducidad, de un protagónico en una tragicomedia con final feliz.