Distancia

La distancia entre tú y yo - la certeza de la duda, de la incertidumbre-. La distancia de un lado a otro, de la casa a la escuela; de una casa, de mi casa a su casa; de Balandra, del aeropuerto, del mar, de la luna, de él, de ellos; de mi a los siete años -qué bello era- de nosotros temblando -qué bello era-, del exceso de comida, de la enfermedad, de la vida en rosa, del líquido amniótico y la placenta, de la lluvia y de la primavera, del vacío, de la tonalidad gris; ahora soy a colores. Los kilométros sumados, recombinados, inciertos con ruta a eso que tanto anhelo; al fin, al comienzo, a cambiar, a quedarse. Los años luz que hoy nos separan y que nos unen, en la distancia. He estado tan cerca, he llegado, he tocado con toda la piel... y hoy estoy tan lejos. En este instante me siento absorvida por el recuerdo y tan lejana de algún tipo de estado físico o emocional aquirido cierta vez, de alguna etapa, de algún sueño que fue mío, de algún momento vivido... al tiempo cerca porque todo esto y más sigue ahí, por causa desconocida, por necedad, por necesidad, por buena memoria, por dejavú o por lo que sea.

Las guapas

Hoy tengo ganas de hablar de mis amiguis Gris y Nic. Sí, esas pequeñas brujas a las cuales he llegado a querer muchísimo. Las dos son mis cómplices de distintas maneras, en distintos lugares, las dos me apoyan, me acompañan, también en diferentes situaciones (a veces juntas). Y siendo tan opuestas me identifico plenamente con ellas. Nos une el gusto por bailar, por reír de las cosas más simples, de compartir un momento sin estar haciendo nada; nos une el flamenco por sobre todo, la preferencia por los guapos, ji ji, la sencilla razón de querer estar unidas, de ser amigas, y cada cada vez más experiencias y vivencias que se acumulan en nuestra memoria. Olé guapas! Las quiero.

Foto1: Gris. Foto2: Nic y yo Foto3: Gris y Nic

Hamlet

Miro el plasma, ahí está Hamlet con esa sonrisa, esperándome para decirme cosas con sus dedos, con la nostalgia en el teclado, con esos ojos púrpuras por la falta de agua, por la falta de amor; porque hasta el amor se ha ido de ahí, no soportó el calor del caribe y la soledad, el encierro. A mi también me gustaría ser suya, de todas las formas, todos los días, poder calmar su sed, hacerlo correr, nadar en mí; ser su casa, su patria, su Ofelia y que pueda comer helado de todos los sabores y comprar tulipanes. Que pueda amar, que lo dejen amar, sin preguntas, ni trámites, ni pagos; sin una interfaz, sin un sistema que mata sueños... o a lo mejor no, tal vez los hace más fuertes, más intensos, más constantes, más necesarios pa vivir.

La espera

No me gusta esperar. No me gusta sentarme y ver pasar las horas, los minutos, los segundos como pequeños martillos taladrándome el cerebro, el alma. El reloj como instrumento de tortura, de sufrimiento, que sólo sirve para fragmentar al tiempo, para envolverte en su tic tac, como un mantra. De niña esperando a mi padre, esperando un regaño, un premio, un beso. Esperando, siempre esperando... He esperado tanto (hoy, ayer, mañana) he hecho esperar incluso (hoy) tantas veces... y ahora ya no espero nada, ahora espero todo, ahora espero distinto; con certeza, con firmeza, a veces hasta con dureza, con resignación; con miedo, pero con valor, con el corazón en la boca, sabiendo que la vida es una constante y eterna espera.

Ojos de la Alhambra

Ayer fui a ver la exposición fotográfica que está en Reforma, es sobre arte medieval y la influencia que tuvo en nuestro país; está padrísima, pero lo que de verdad me impactó fueron las imágenes de la Alhambra en Granada, es un lugar muy bello. También ayer me fui a cenar con Sergio, él nació en la región de Cantabría y ya ha estado en la Alhambra, le conté lo que me habían gustado las fotos; estaba muy gustoso, se nota lo que le enorgullecen sus raíces... en medio de la cena con mi amiga y un chileno nos prometimos con los ojos ir juntos a la Alhambra, mientras tanto yo en mi mente imaginaba que estábamos allí y de fondo, por supuesto, Vicente Amigo y su guitarra tocando "Ojos de la Alhambra", que tanto me gusta (qué cursí, je je).
Dejo una foto de la Alhambra, bastante mala por cierto.

De piel

El sábado pasó otra vez, como era de esperarse una nueva posibilidad, siempre pasa. Al principio dudé, pero ayer descubrí que me gustaba, y fui feliz, gozé, grité, reí, hablé, toqué, respiré... muy cerca de sus latidos. Noche violenta, pero suave; sublime y grotesca; de piel, de olas. Nuevo olor, sabor a mar. Posibilidad imposible, se va; efímera, pero qué fortuna que haya pasado! Que no pase... qué pasará?
Regreso a España, cómo me gusta.

La Juncal

Mi primer acercamiento con el flamenco fue doloroso -en ese entonces mi vida tampoco era lo que se dice beautiful- claro que gran parte de ese dolor se lo debo a la que en aquel entonces era mi maestra. Con el paso del tiempo y gracias a mi querida maestra Malusita, el flamenco se convirtió en algo muy importante y fundamental en mi vida, en algo placentero, ya no doloroso; ahora así es , así lo veo. Ya no concibo mis martes y jueves sin ir a la academia (ahora con la teacher Vero, que sin duda se merece un post aparte); sin la soleá, sin el cante y la guitarra de Tino, sin los jaleos de mis compañeras al bailar las sevillanas.
De esta manera en el largo y difícil camino del flamenco he vivido y aprendido muchas cosas, he casi cohabitado con flamencos y gitanos de verdad (saludos a los Adonays, que también les haré un post) y también me encontré con María, la Juncal. Desde la primera vez que la vi bailar me logró prender el alma y supe que quería llegar a ser grande en mi baile, como ella pero no igual, siendo yo misma. El destino fue benévolo y tuve la oportunidad de tomar clases con ella, y aprendí mucho.
Ayer fui a ver su espectáculo Destemplao al Teatro de la Ciudad, en donde María rinde culto a la vida por medio del zapateado, del cante, y la expresa así, dolorosa, feliz, contrastante. Una vez más supe el por qué sigo viva, el por qué del ser humano, el por qué del arte, si es que hay que encontrarle un por qué...

Adiós

Te vas de mí, solo, derrotado, con un aprofunda decepción -por ti-; con un halo de amargura, de nostalgia, de sinsabor; con la intención, con la palabra... equivocada; con el gesto, con el me equivoqué, exageré; exageraste, sin duda, exageraste de tal forma que te creí; fallaste, mentiste sin mentir, heriste sin querer -creo-.
Aún así mis piernas no querían cerrarse, ni mi espíritu, ni mi boca, ni mi fe; sólo mis ojos para verte sin estar.
Te vas de mí, y yo me quedo conmigo; no sola, con mi fuerza, con mi lágrima, con la espera... otra vez.

Deseos

No sé, pero esta música me inspira (Amelie), además que estoy en unos días de profunda sensibilidad, (por no decir de negatividad, de amargués pues). Será el dinero, será el cansancio, será el desamor, la desilusión, el querer y no tener. Serán simplemente deseos vulgares y mundanos, frustrados, rotos. Será el vaso que llegó al tope, el agua que se desborda y que no sé cómo controlar.
No quiero sentir esto, aunque de alguna forma sea lo que le da “sabor” a mi vida; paradójicamente a veces me gusta, porque siento que me renuevo, que renazco al levantarme después de caer en el abismo de mis miedos, de mis deseos, de mis sueños, de tanta sed que a veces tengo, de todo lo que hay en mi que me gustaría dar y no sé cómo, no sé a quién…
Infinita tristeza… (Manu doble) por qué no regresa? por qué no se va? por qué no sucede? tantas preguntas, inútiles. A veces mi cabeza es un montón de ideas confusas, imposibles, de sólo eso, ideas. Pero ya sé que mi mayor fuente de sufrimiento y frustración es el desear tanto, tal vez si no lo hiciera, tal vez si no esperara… pero qué sería de mí sin esperanza, sin nostalgia, sin mi corazón albergador, seguro no sería yo, seguro no hubiera experimentado tanta felicidad, porque la felicidad son sólo instantes, fragmentos, que pasan, aunque yo pretenda evitarlo, aunque pretenda alargarlos, a veces hasta forzarlos.
No, mañana tampoco pasará, ni el próximo jueves… o tal vez sí. Tal vez algo grande pase, la casualidad más grande de mi vida. O tal vez la vida siga como hasta ahora, tan bella a pesar de todo, porque gracias a los días sin luz es así, hermosa, digna de vivirla, cada instante, cada hora, cada milésima de segundo sobrepasando sus contrastes.

Tal vez el suceso maravilloso del que no me he percatado sea el seguir aquí…

Feliz, Feliz!

Ayer fui a la fiesta de Play Boy. Estuvo muy bueno, me metí hasta la conferencia de prensa pa lograr unas súper fotos pa mi hermano, y me la pasé en el V.I.P y salí con gorra y perfume, toda una periodista, jeje. También fui a la inaguración del Derby, me gustó mucho más que el Jak, creo que invitaré a mis papás... En fin, extrañé muchísimo mi clase de todos los jueves, pero pues ameritaba faltar.
Pasando a otra cosa, estoy muy contenta porque hoy tomé un pequeñisísimo curso con una de las personas que más admiro del mundo del flamenco: María Juncal. Bailar junto a ella es una experiencia como pocas; es una mujer por demás guapa, con un arte muy especial, y lo que más le admiro es el amor con que hace su trabajo; me gustaría ver eso en más personas...
La verdad estuvo padrísimo volver a tomar clase con ella, me siento muy contenta!
Ahí les dejo una foto de la ganadora, Miss Play Boy TV 2005, es de Portugal, para que se echen un taco de ojo :P