
Ellos van y vienen, siempre. Uno tras otro desfilan. Ninguno se queda, ninguno se arriesga a darlo todo, a perder, a ganar. Cual pasarela de
Gucci van mostrando sus atributos, lo que tienen; sólo por fuera, sólo para ser escogidos, para sobresalir y lograr obtener el objeto del deseo. Diferentes entre sí, con un
leit motiv: ojos claros (mucha belleza, mucho encanto,
too much). Por fin son elegidos para ser llevados a un viaje dentro de ella, por sus piernas, por su cabello, por sus poros. Ella, ama del camuflaje, del arte de la afinidad, de las historias en común, suele introducirlos lentamente a su mundo, a cada uno de los átomos que la componen. No importa que ellos vengan de planetas distintos, lejanos, ella siempre empata, siempre consigue... siempre consigue alcanzar a colarse en su interior, a fundirse con ellos. No sólo obtiene placer de alto nivel, también logra suspiros, sollozos, pensamientos, poesías, canciones, fotos, buenos deseos, halagos, confesión de los
issues mentales más fuertes, de planes futuros.
Cuando todo pasa, cuando amanece, se mira al espejo, está sola, no hay nadie cerca. Se encuentra tal vez con unos kilos de más porque está llena de nuevas caricias, de nuevas historias, llena muy llena, tanto que siente que revienta.